miércoles, 2 de abril de 2008

HISTORIA

Un grupo de profesionales Bioquímicos y Químico – Farmacéuticos que tenían pleno conocimiento de la elaboración, comercialización y dispensación de medicamentos, luego de un análisis amplio de tan delicadas labores, en sucesivas reuniones definieron estudiar y analizar las siguientes alternativas que oportunamente impulsarían el desarrollo armónico y actualizado de la profesión, especialmente del ramo farmacéutico. Estas alternativas tenían los siguientes pilares o bases fundamentales.

a) Técnicos. Se considero necesario buscar en la historia de la evolución farmacéutica la independencia de esa actividad profesional y se analizo el hecho que un momento determinado el profesional medico, que un inicio preparaba sus propios medicamentos, al verse atosigado por el creciente desarrollo de las ciencias medicas, creo una nueva y delicada especialidad para la importante misión de investigar, elaborar y dispensar medicamentos, que estuviera a cargo del farmacéutico.

En el devenir de la historia, Galeno de Pharma introdujo enseñanzas que a la larga dieron nacimiento a la tecnología en la preparación de medicamentos llamada farmacia Galenica, que hasta el siglo pasado tuvo importancia capital en la preparación de un arsenal de medicamentos, que los profesionales del ramo pusieron a disposición del cuerpo medico que podía hacer frente a la prevención y curación de patologías de diferente etiología. Es así como esos profesionales farmacéuticos dominaron el arte en la preparación de jarabes, soluciones, linimentos, pomadas ungüentos, cremas, gotas nasales, colirios, píldoras, y hasta inyectables de uso delicado.

Seria largo enumerar las condiciones en el arte de la preparación de medicamentos, el conocimiento amplio sobre concentraciones, incompatibilidad química, fenómenos físicos y químicos, y ante todo el manejo de farmacología y terapéutica que permitían a estos profesionales analizar y ejecutar la preparación de formulas emitidas por el medico. Así nació el cimiento que daría origen a la industria farmacéutica.

b) Científicos. La preocupación constante de combatir enfermedades que muchas veces presentaron características de epidemias y a veces pandemias que asolaron a la humanidad causando millones de victimas, indujeron a que se realizaran esfuerzos en el campo de la investigación y es así como se destacan en la historia universal de la medicina los “ Cazadores de microbios” que aun hoy en día continúan sin interrupción y con la ayuda de la tecnología produciendo maravillosos fármacos que permiten una sociedad mas sana y en lo posible libre de enfermedades.

Durante el transcurso del siglo XX se investigaron y elaboraron medicamentos con propiedades maravillosas tales como: sulfonamidas, antibióticos, hormonas, corticoides, vitaminas, antihistamínicos, oncológicos, etc. Conformando un arsenal terapéutico de alto valor farmacológico.

El avance de la ciencia trajo consigo cambios estructurales en el conocimiento y manejo de los medicamentos, se analizo a fondo fenómenos de acción farmacologica de los medicamentos especialmente de la biodisponibilidad, bioequivalencia y permeabilidad; en otras palabras, se abrieron horizontes amplios y jamás soñados que se convirtieron en desafió para el profesional químico farmacéutico que debía afrontar esas interrogantes en base a estudio, preparación y actualización permanente.

Por otra parte la tecnología farmacéutica practicada en la industria de la elaboración de medicamentos, avanzo aceleradamente y su potencial aumento con la fusión de grandes laboratorios industriales que dieron nacimiento a las transnacionales.

Ante este panorama ese núcleo de profesionales se reunió en la ciudad de La Paz para transmitir e intercambiar ideas sobre el nuevo rol del profesional farmacéutico y buscar soluciones que permitan acortar diferencias considerables abiertas en el espacio y en el tiempo.

c) Creación de la Sociedad de Ciencias Farmacéuticas. Analizados los puntos anteriormente citados, este grupo de inquietos profesionales, decidió romper fronteras e ir en busca de información en fuentes de sólidos conocimientos; es así que una delegación partió a Lima - Perú en Marzo de 1980, asistiendo al primer Congreso Latinoamericano de Ciencias Farmacéuticas y en el año 1992 con delegados de Cochabamba y Santa Cruz, asistieron al Congreso de la Sociedad Latinoamericano de Farmacología efectuado en Sao Paulo - Brasil.

Como resultado de este congreso, los profesionales bolivianos asistentes, claramente se convencieron que tenían para si una riqueza invalorable de ciencias farmacéuticas que no se podía ignorar, tal como: farmacología Molecular, experimental y clínica, farmacocinética, farmacodinamia, fármaco vigilancia, farmacia clínica, farmacognosia, citoquímica, tecnología farmacéutica, etc, que constituían fundamento para la creación de la flamante sociedad.

Diferentes comisiones de colegas visitaron sociedades científicas en Santiago de Chile, Buenos Aires y países dignatarios de la Comunidad Andina de Naciones buscando fuentes de inspiración. Así mismo mantuvieron relación con la Federación Farmacéutica Sudamericana (FEFAS) y la Federación Panamericana de Farmacias y Bioquímica (FEPAFARBIO).

Después de haber madurado las experiencias adquiridas, decidieron fundar y dar vida a la Sociedad Boliviana de Ciencias Farmacéuticas, en la ciudad de Tarija – Bolivia, el 6 de agosto de 1992 en dependencias del Hotel Prefectural, donde se llevaba a cabo el primer Congreso Ordinario Nacional de la Sociedad de Ciencias Farmacéuticas de Bolivia.

Con los siguientes profesionales Bioquímico - Farmacéuticos fundadores: Carmen Paz, Vesna de Díaz, Teresa de Krayasich, Shirley Aramayo Wayar, Maria Salome Vargas, Felicidad Díaz Méndez, Mery Burgos, Margoth Castañon de Ochoa, Nancy Baracat de Exeni, Beatriz Rojas, Laura Ruiz de Pizarro y Dina Barrientos de la ciudad de Tarija. Betty Espinoza, Esther Sauma, Salim Afcha, Sonia Cheverria, Maria Luisa Camacho, Miriam Zubieta, Clara Borda, Hortensia Portocarrero, Lilia Verazain, Leonor Mejia, Maria Teresa Tavera, Fernando Machicado, Hilda Llanos, Luis Jáuregui, Margarita Gamboa, Ana Maria Mamani, Carmen Rico, Delia Zeballos, Jorge Laquis, Javier Crespo, Jaime Ocampo y Luis Criales de la ciudad de La Paz. Dora Villegas, Maritza Chambi, Rolando Rossel y Norma Tardio de la ciudad de Oruro. Zully Moreno de Landivar y Hortensia de Ramos de la ciudad de Sucre. Silvia Soliz, Trinidad Cortez, Maria Matijasevic, Yolanda Ortiz, Jenny Garcia, Martha de Holler, Nayif Mustafa, Lady Zubieta y Yolanda Salinas de la ciudad de Santa Cruz. Mirtha Velarde de la ciudad de Trinidad. Leny Vargas de la ciudad de Cochabamba. Teresa Bustamante de la ciudad de Yacuiba. Sonia Goytia y Cecilia Espinoza de la ciudad de Potosí.

El entusiasmo y la voluntad de su primer directorio se tradujo en la elaboración y aprobación del Estatuto Orgánico y Reglamentos de la entidad y acto seguido se procedió a la creación de Filiales Departamentales en todas las ciudades del interior.

Rápidamente la Sociedad tomo importancia y muy pronto se constituyo en cimientos sólidos del Colegio de Bioquímica y Farmacia de Bolivia.

A través de curso, talleres seminarios y conferencias, se trato de dar nueva personalidad al profesional que tiene para si la propiedad intelectual y derecho propio en el manejo de medicamentos.

El primer directorio fue presidido por el Dr. Salim Afcha Maldonado y los siguientes socios fundadores:

Dr. Luis Jáuregui
Dr. Jaime Ocampo
Dr. Jorge Laquis
Dr. Fernando Machicado
Dr. Luis Criales
Dra. Betty Espinoza
Dra. Margarita Gamboa
Dra. Leonor Mejia


Es de esperar que dadas las circunstancias actuales, donde la profesión a sido avasallada por intereses puramente económicos, las nuevas generaciones imitando la férrea voluntad de los fundadores de esta meritoria Sociedad, comprendan que nuestra profesión es un rico tesoro que encierra secretos de la vida del hombre.

Elaborado por el Dr. Salim Afcha Maldonado Fundador de la Sociedad Boliviana de Ciencias Farmacéuticas. A quien agradecemos por su gentil colaboración con la historia de nuestra entidad
Complementado por la Dra. Carmen R. Vilaseca B. Enero 2009